María Félix: La mujer que llevó la belleza como un insulto

María Félix: La mujer que llevó la belleza como un insulto

March 24, 2020 0 By Hector Luis Rivera

MARÍA FÉLIX: LA MUJER QUE LLEVÓ LA        BELLEZA COMO UN INSULTO por Manolo García Oliva

Fue catalogada como la belleza perfecta, María Félix competía en su país con otra diva de la pantalla de plata: Elsa Aguirre. Pero María iba más allá, porque era su propia invención y se renovaba cada vez que hacia una nueva película, esos 47 pasos que dio cada vez que protagonizó un filme, y que da título al libro dedicado a esta maravillosa artista de la pluma de Ignacio Taibó y titulado, “47 pasos por el cine mexicano”.

Nacida el 8 de abril de 1914, en Los Álamos, Sonora, México, dentro del seno de una familia numerosa de clase media, ingresó en el cine en plan estelar, cuando fue descubierta por un cazatalentos mientras caminaba por una populosa avenida de la Ciudad de México.

Su primera película hecha en 1942, “El peñón de las ánimas” y dirigida por Miguel Zacarías, tuvo tonalidades muy desagradables para María, ya que el protagonista masculino Jorge Negrete se ensañó con ella tratándola muy mal al no poder lograr que Gloria Marín fuera su compañera de reparto.  

 

Desde ahí hasta 1970, María Félix, mantuvo su estatus de estrella absoluta en las cinematografías de México, España, Francia, Italia y Argentina. Solo faltó a esta inconmensurable artista, el haber pisado los foros estadounidenses, pero no por falta de ofertas, cosa que ella explicó en una entrevista cuando se le preguntó sobre este asunto: “Si, Hollywood me persigue, para ofrecerme papeles sin trascendencia y sin ningún lucimiento a mi personalidad y mi calibre actoral, solo partes de indígenas, que para eso no tengo que saltar el charco, los interpreto en mi país”.

Desde ese entonces vinieron: “María Eugenia”, en el mismo año con Rafael Baledón; “Doña Bárbara”, junto a Julián Soler, cinta que imprimió en ella el culto a la mujer invencible y fuerte; “La china poblana”, con Tito Novaro, y largometraje del que nunca quiso acordarse; “La mujer sin alma”, con Antonio Badú y todas en 1943.

Siguiendo, “La monja alférez”, con José Cibrián y “Amok”, junto a Julián Soler en 1944; continuando con dos títulos en 1945: “El monje blanco”, con Tomás Perrín; y “Vértigo”, junto a Emilio Tuero. Tres clásicos filma María en 1946, “La devoradora”, junto a Luis Aldás; “La mujer de todos”, al lado de Armando Calvo y “Enamorada”, con Pedro Armendáriz, donde muestra sus dotes y talentos de buena comediante.

 En 1947 incursiona en “La diosa arrodillada”, (Arturo de Córdova); “Rio escondido”, (Domingo Soler); y “¡Que Dios me perdone!”, (Fernando Soler).

Al comenzar 1948, “La Doña”,  rueda “Maclovia”, un excelente trabajo (Carlos López Moctezuma) y es precisamente este año donde María comienza sus andanzas europeas con “Mare Nostrum”, (Fernando Rey), regresando a México para rodar en 1949, “Doña Diabla”, junto Víctor Junco.

A partir de ese año, siguen seis películas de manufactura española, italiana, francesa y argentina: “Una mujer cualquiera”,: “La noche del sábado”, 1950; “La corona negra”, “Mesalina”, y “Hechizo trágico”, estas tres últimas en 1951, codeándose con nombres como los de Antonio Vilar, Rafael Durán y Rossano Brazzi. En 1953 se pega un salto a Buenos Aires para rodar junto al actor Carlos Thompson, “La pasión desnuda”.

Después María Félix continuó por la senda del triunfo con las películas: “Reportaje”, “El rapto”, (última cinta de su tercer marido Jorge Negrete); “La bella Otero”, “French Can Can”, “Los héroes están fatigados”; “La escondida”; “Canasta de cuentos mexicanos”; “Tizoc”, “Flor de Mayo”; “Faustina”, su última incursión en España; “Miércoles de ceniza”; “Café Colón”; “La cucaracha”, junto a la mítica diva Dolores del Rio; “La estrella vacía”, un espectacular trabajo; “Sonatas”;

“Los ambiciosos”; “Juana Gallo”; “Si yo fuera millonario”, “Amor y sexo”; “La Valentina” y “La Generala”.

Así resultó ser la vida fílmica de esta mujer-mito y actriz llamada María Félix, quien llevó su belleza y personalidad a todos los confines de la tierra través de la magia del séptimo arte, que nos abandonara el 8 de abril de 2002 y quien llevó su belleza como un insulto.