Cultura griega en los Catskills
August 27, 2023
Acurrrucadito en las montañas Catskills se encuentra el pintoresco pueblo de Windham. Es muy conocido por sus sobresalientes pistas de esquiar, su arquitectura de estilo Victoriano y sus atardeceres espectaculares. Lo que es menos conocido es la preciosamente ubicada iglesia ortodoxa, “Greek Orthodox Church of the Assumption, of Windham, NY”; se encuentra en la cima de una colina con vistas panorámicas de las montañas Catskills, que recalca la espititualidad de este pueblo.
El 15 de agosto se celebra la segunda fiesta más importante del calendario Griego Ortodorxo (la primera es la Pascua Florida Ortodoxa), que es la fiesta de Panagía o Paniyiri. Conmemora la asunción de la Virgen María, y por lo tanto es motivo de una gran celebración para las familias Griegas que tienen vínculos con esta iglesia
Hace unos años atrás esta aldea en las montañas nutría una vibrante comunidad Griega, que iba allí a veranear. Después que los fanáticos del esquí se hubieran ido, las calles y aceras se llenaban de familias paseando por esas cuestas que tanto les recordaba a las montañas de su Grecia natal. Y como para tantas comunidades, era escencial tener una iglesia para reunirse en comunión espiritual. Hoy en día la comunidad se ha visto bastante reducida; ya son pocas las familias que van a veranear, los hoteles y hospedajes que los alojaban han desaparecido, al igual que los lugares de entrenimiento para los jóvenes. Quedan algunos ancianos que dicen presente en la misa que se celebra allí los domingos, donde se escuchan todavía los antiguos cantos Bizantinos del rito ortodoxo. Esos mayores se ocupan de que sus hijos vengan con sus nietos a celebrar lo que es ya un acontecimiento anual en el pueblo de Windham, no sólo para la comunidad Griega, sino para todo el pueblo en general, ya que es una oportunidad para poder conocer y compartir con una comunidad que ha dejado una huella entrañable en la montaña de Windham.
Cuando fuimos este año pudimos degustar de la rica cocina Griega, que es tan conocida por todo el mundo. Las filas para comprar gyros y souvlaki eran interminables. Las personas se lamían los dedos comiéndose el jugoso y sabroso cordero que es tan tradicional durante las fiestas Griegas. Los platos de mousakka (una especie de lasagna de berenjena y carne molida), el pastitsio, la spanakopita y el pollo eran también muy populares. Las mesas con los postres y dulces eran tan variados y olían tan ricos que era imposible escoger sólo uno. Todavía se me hace agua la boca al recordar el tradicional baklavá que disfruté, rebosante de miel y pistachios.
¡Por supuesto que no podían faltar la música y la bebida! La música tradicional de las islas del mar Egeo, algunas con melodías sutiles y suaves, y otras alegres y amenas, invitaba a los presentes a participar en los bailes típicos de la región. Ver a los mayores con los jovenes, todos en una ronda, juntos bailando esos bailes antiquísimos y preservando su cultura entre exclamaciones de “OPA” y tragos de Ouzo y Metaxa evocaba memorias de fiestas familiares. Los instrumentos tradicionales, como el clarinete y el oud (un instrumento de cuerda parecido al laúd), parecían como escapados de una antigua vasija Griega que tal vez vimos en algún museo.
El legado de esta antigua y rica cultura que tanto aportó al teatro y la democracia; la mitología y la filosofía; la medicina y las matemáticas nos invita a conocerla con sus fiestas y tradiciones, ¡Opa!