
Graciela Más… un recuerdo
May 18, 2021“GRACIELA MÁS…un recuerdo” por Manolo García Oliva
Sus ocho años de ausencia no ha mermado mi dependencia afectiva y de recuerdos, desde que nos viéramos por vez primera en el New York Theater of the Americas de Amsterdam Avenue y la calle 58. Allí en los predios del dinámico maestro y actor y director del grupo Miguel Ponce, fue el primer tete-à-tete en 1970, entre Graciela Más y este cronista.
Desde aquel momento fue imposible deshacer la madeja de la amistad que se había cernido sobre nosotros súbitamente, y desde aquel instante fueron innumerables los momentos que me unieron a esta magnífica actriz, bailarina y coreógrafa.
Graciela Más fue un portento de artista y ser humano, abierta a toda corriente e ideas y por supuesto a todos y a todo. Por tal motivo, por esos ocho años desde su partida, desearíamos recordar nuestras palabras en el tributo llevado a cabo en el teatro Gramercy Arts de Repertorio Español, el 20 de febrero de 2012.
SIGNIFICADO EN MI VIDA

(1986-Carlos Navedo, Ivonne Coll, Graciela Más (segundo Premio ACE y Carlos Rodríguez en la ceremonia celebrada en el
hotel Waldorf Astoria.)
Desde su partida, el pasado 20 de enero, entre alegrías y congojas he reflexionado el tiempo que abarcó nuestra duradera amistad y a pesar que era profunda y sólida nunca pudimos alardear de tener el monopolio de esta…porque nadie de sus amigos la poseía…eso sí, todos teníamos un pedacito de su esencia, que era la semilla que ella depositaba en nosotros para que así germinara y su fruto se extendiera todo el tiempo que estuviéramos en estos lares…
Supo cultivar la amistad a la perfección, y su casa de la Avenida de las Américas y la calle 17, fue mi refugio de almuerzo durante mi periodo de trabajo en el diario El Tiempo, a principios de la década de los años 70, tan solo una escasas tres cuadras de mi centro de labores…fue ahí cuando la bautice como La Dama del Arroz con Na’, platillo del que nunca había oído hablar anteriormente, pero del que había hecho parte de su menú personal, y que utilizaba muy frecuentemente cuando deseaba reunirse con sus amigos sin ninguna razón en particular.

(1973-Graciela recibe su primer premio ACE por su labor en “La estrella y la monja”, en el fotograma Miriam Colón, Enrique Fernández Giraudy y Arturo Correa.)
Y que diríamos del rezar por teléfono, nunca se me hubiera ocurrido rezar de esa forma, y Graciela Más era una especialista en la materia, ya que cuando había una razón imperiosa había que hacerlo si o si.
Son muchas las anécdotas ocurridas en estos 42 años de complicidad con la comadre Graciela, pero la más cercana a mi corazón fue su incondicionalidad el día lunes 24 de octubre de 2005. Mi salud estaba quebrantada, y fui admitido en el Saint Vincent Hospital, a la media hora de mi ingreso en la clínica, ya estaba allí de cuerpo presente…Por la mampara entreabierta, en mi cama temporal del salón de emergencia y la antesala de espera, podía ver la figura de mi querida amiga, en total dominio de la situación y quien no me abandonó hasta bien entrada en la noche en aquellos momentos tan cruciales en mi vida.
Graciela, no te olvido y donde quiera que estés, siempre tendrás un lugar de privilegio en mi corazón y mi amor por ti será siempre eterno.