“La golondrina ” es hermosa. Una pieza que comienza haciéndote sentir muy cómoda. Los primeros momentos son cómicos ejecutados por ambos actores ( Zulema Clares y Rafa Sánchez ) a tempo perfecto. Pero pronto sabes que estás allí para sentirte muy incómoda. Ambos personajes exponen sus experiencias relacionadas a lo ocurrido el 12 de junio del 2016 en el Club Pulse de Orlando, Florida. Donde Omar Marteen abre a tiros matando 49 personas e hiriendo otras 53. El asesino murió a manos de la policía luego de tres horas de terror. Amelia (Zulema ), de personalidad estoica y contenida, te remonta a la niñez de su hijo y las aventuras que vivieron juntos para luego apoderarse de su dolor narrando un video donde se ven los últimos momentos de vida de su hijo: “mamá voy a morir ”. En varias ocaciones la ves y la sientes inmensa en el escenario atravesada por una corriente espiritual que trasciende cualquier entendimiento lógico o técnica de actuación. “Ustedes se han apoderado de un dolor que no es solo suyo. Todos perdimos ”… Es el imposible dolor de una madre que perdió a su hijo.
Por otro lado Ramón (Rafa ) logra conquistar al público cantando como se cantaría en la bañera la canción “La golondrina ”. La cual usa como excusa para ir a conocer a Amelia. Reaccionando al dolor de ella nos transporta al club en los momentos de la masacre narrando no solo su experiencia como sobreviviente si no también la importancia de validar la razón por la cuál ocurre la masacre “los mataron por ser gay ”. Ambos actores lograron despegarme de mi asiento y transportarme a sus historias. No hubo forma de decidir con cuál personaje me identifico. Ambos tienen perspectivas válidas. Conste que puede que esté parafraseando las lineas, escribo aquí el mensaje que me quedó grabado de cada personaje.
La escenografía nos mete en la casa de Amelia, maestra de canto. De un lado, el piano que usa para dar lecciones, del otro, tablilleros que contienen las memorias de su hijo. Una sala que provoca una sensación de liviandad refrescante y tropical. Muy característica del area de Florida. Meticulosamente construida, resaltan sobre las paredes unas proyecciones que en principio parecen el empapelado y de las cuáles luego vuelan mariposas (que siempre han sido símbolo de transformación especialmente utilizando por la comunidad LGBTQ), en el momento de redención. Porque lo ocurrido entre ambos personajes les sirve de terapia para sanar. Las luces destacan hermosos tonos de lila y azul cielo. Que junto a la escenografía provocan una sensación de tranquilidad y felicidad. Contrastando con la ráfaga de emociones que nos ofrece el texto de Guillem Clua . Un texto tan bien pensado y tan balanceado que me hizo llorar, reir, pensar y cuestionarme cuanto realmente yo, como persona, empatizo con el dolor o la experiencia de otro ser humano. Felicidades a Ismanuel Rodríguez , porque todo lo descrito antes es absolutamente consecuencia de su dirección. Esta puesta no solo es estéticamente hermosa, pero su vulnerabilidad y sus contrastes hacen de ella una producción redonda. Una verdadera obra de arte, de esas que deben estar en el MoMa. Por ahora se puede ver en Repertorio Español, los últimos fin de semanas de Enero. Gracias!!
La Golondrina se presenta en Repertorio Español, ubicado en 138 East 27th Street en la ciudad de Nueva York. ?de la obra: Michael Palma Mir http://www.repertorio.org/