La pareja dispareja: Pareja abierta

La pareja dispareja: “Pareja abierta” por Kathy Tejada 

El viernes, 5 de diciembre vimos la obra “Pareja abierta”, una producción de Coquí Theater, presentada en El Barrios’s Artspace. El texto de Dario Fo y Franca Rame, adaptado por Raúl Rivera, le ofrece al espectador muchos peldaños para escalar la relación tóxica de esta pareja dispareja. El trabajo contó con las actuaciones de Úrsula Tinoco y José Francisco Terán en unas actuaciones diestras y cautivadoras. La noche que estuvimos el público se destornillaba de la risa con las ocurrencias y situaciones de esta pareja que ha llegado a una coyuntura crítica en su relación. Pero también, incómodamente, sentíamos como esta pareja se iba desmoronando ante nuestros ojos. Se disparaban flechas verbales, continuamente, tratando de superar el uno al otro en su afán por herir; funcionó muy bien en esta puesta en escena, ya que bajo la dirección de Rivera se logró un ritmo nítido y elegante. A veces era un juego de ping pong frenético y audaz.  Otras veces se asemejaba a una competencia de pesca donde se turnaban, lanzando la línea, pacientemente esperando a que la presa mordiera el anzuelo, para halarlo jadeando al muelle.  Nos planteábamos, constantemente, el porque de esta pareja, y por añadidura nos hizo reflexionar del futuro de la monogamia en estos tiempos.

Raúl Rivera supo aprovechar al máximo las aptitudes físicas de sus actores; habitaron el espacio totalmente y se veían muy cómodos en el escenario.  Úrsula Tinoco demostró su gran capacidad interpretativa, tiene una habilidad muy especial de mostrarnos las contradicciones que existen dentro de su personaje, para hacernos partícipes de su vulnerabilidad y sus inseguridades, su alegría y su enojo.  En algunos momentos nos recordó a Elizabeth Taylor en la película “Quien le teme a Virginia Woolf” (1966), basada en la obra  teatral de Edward Albee (1962).  Es una mujer que participa en un juego de manipulación verbal, dirigiéndose a su pareja con parlamentos mordaces y punzantes, sin dejar de ser deslumbrantemente amorosa y sensual.

Por otra parte José Francisco Terán logra envolvernos con su personaje. Mediante su trabajo corporal y el manejo de voz nos invita a conocerlo mejor, obligándonos a hurgar más en la psicología del personaje; a explorar las complejidades de un hombre que es incapaz de ser fiel.

Este trabajo definitivamente es mucho más que una ligera comedia.  Es una indagación muy profunda en como se justifica la selección de una pareja, y porque deciden separarse o quedarse juntos.  Cuando Yorman Ostos aparece en escena  en una participación especial, es como si se nos abriera una ventana más a la psiquis del personaje de Úrsula, y nos damos cuenta que nos estamos metiendo en aguas muy profundas del ser: ¿Quién es esa persona que escogimos para estar a nuestro lado? ¿Qué función tiene en nuestras vidas?  ¿Nos completa, nos complementa o nos recuerda, constantemente, nuestras inseguridades y flaquezas?

La escenografía, despejada y desenfadada, de Oscar Zamora y Rivera permitió que los actores se desplazaran de manera natural y orgánica. Lo funcional de cada elemento le añadió un toque de elegancia, que para nada distrajo  de la complejidad de algunos momentos más coreografiados de esta puesta en escena.  

Felicitamos a todo el equipo de producción; disfrutamos mucho esta obra que nos hizo reír y nos hizo reflexionar.

Fotos por El Colora’o